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Jeannette Núñez Catalán



…Cómo tú sabes en los ojos verdes que por ahí veas, verás los míos, en la suavidad de alguna piel me encontraras. No podrás desacerté de mí; eso lo sabes. ¡Siempre estaré en tu mente! ahí no puedes negarme, ahí no hay muerte. (El pez en la acera).

AGUA SALUBRE

El aguacero colgaba de un espacio infinito
los muebles se corrían de lugar
la cabeza flota en el pozo.
En el tendido eléctrico la hilera
de palomas sin cabeza
el contorsionista en la altura
no sabe que se juega en el juego.
El bosque azul acalla las voces.
Hay cosas que sabré
justo antes del momento de partir
ni antes ni después.

EL PERIÓDICO

Me contabas tu historia de niño pobre
vendedor de diarios.
Hombrecito jefe del hogar; niñez sin regazo.
Yo jugaba en el ropero con mi oso gigante,
era quien observaba mis números de mujer
adulta.
Siempre que te veía las espaldas… en silencio
lloraba por ese día en que ya no te vería más.
Cuéntame tu historia.
El doblez del corazón.

PRE POEMA

Por un camino disperso mis pies buscan la tierra, contención; el otro.
Camino… a veces vuelo y en mi vuelo me veo en el colibrí;
solo cuando estoy frente a la nube, puedo saber cuánto de nube tengo… y así la amo, la acaricio. No soy inmune.
Mis pies me llevan por diversos caminos y en otros creo que no me he movido. Quietud.
Contemplo la piedra y cuanto de ella soy.
Me sumerjo en las aguas, cuánta agua conllevo yo;
mis ojos se pierden en una hoguera que encontré, cuanto de fuego tengo; viento, oxigeno que la aviva, oxigeno que viaja por mis venas.
Mis ojos como cientos de ventanas al otro… sol, luna, árbol, pájaro, voz.
Mis manos son manos cuando las acaricias tú, mi boca es beso cuando la besas tú.
Soy cometa el viento me lleva, sino… puedo ser piedra.
Un ruiseñor siempre me espera en la ventana; hoy me sigue por el jardín.
He aquí que dejo mi voz, que se entre mezcle con las de ustedes; se sienta un gran eco, una canción infinita, que no se pierda jamás.
Ustedes y yo, yo y ustedes; el árbol, el bosque, la hoja, la semilla, la tierra.
(de “Yo y la otredad”)

DIME MÍA

Amor mío, llámame tuya. Llámame.
Lentamente el amanecer me pinta de colores
la esperanza llueve a borbotones y es amanecer.
Amor mío llámame tuya
dime mía, solo mía.
Deja que desate mis golondrinas y vayan a tu encuentro
amor mío dime, mía.
Los niños quieren jugar a ser niños buscan la tibieza del sol
las caricias sin dolor,
lo siento no es tu inteligencia lo que más admiro y amo
es tu dulzura, esa no estrenada, esa no hallada, esa no habitada,
la que te atreves a dejar escapar y me envuelve hasta el llanto.
Amor mío, dime tuya
dime mía, solo mía.
Las gotas de la música se disuelven lenta mente en la vida
no temas por ti, no temas por mí. No temas
el jardín es nuestro.
Haz dicho adiós cuantas veces y no te vas. Lo sabes
Hemos llegado.
Tu lees yo escribo
Yo pienso tú hablas.
Amor mío, dime mía
Entre la palabra y el pensamiento hay un espacio que habitamos
Los ríos viajan al mar y los que no, lo esperan de vuelta se entierran en lo
profundo.
En cada pueblo los cadáveres vuelan y el rebaño es guiado con anteojeras.
Amor mío, dime mía
Enciendo velas en una aldea globalizada por el terror, hay tantas ventanas
abiertas casi nadie se atreve a cruzarlas.
Ciudad adormecida
lo pensamos, lo sentimos
Amor mío dime mía.
Los caracoles y las tortugas no pisan al elefante.
Ocultamos en nuestros laberintos la forma que escogemos de morir,
en caminos empedrados caminamos hacia ella.
Construimos castillos que muchas veces no habitamos
en otras vemos ante nuestros ojos como se deshacen por el agua.
En un rincón y desde la luna, enganchada de uno de sus tentáculos
observadora atemporal de este tiempo que se desmiembra,
mis tormentas interiores ayer adormecidas luego escupidas sin piedad,
mi estómago se hace frágil y solo consume mariposas.
Desde la luna, observo el circo cercano que habla de palabras desconocidas,
se usan porque alguna vez tuvieron brillo
Hermandad
Igualdad
Libertad
Los diarios leen lo que otros quieren, los que no piensan siguen en el redil.
La masa se mueve lentamente como larva no vidente.
Amor mío, dime mía

(de “Yo y la otredad”)

EL TÉ DE LAS CINCO

Hay una ventana azul, tiene un cartel que dice:
Soy feliz.
He soltado las amarras de la incomprensión
el hilillo de río del dolor
deje las piedras del camino
saque mi cabeza de la espada de Damocles,
de las palabras puñal.
A través de mi ventana azul, viajo por los parajes
de la alegría
el corazón se ablanda y se agiganta.
Tomo el té de las cinco con un hombre
que viene de lejos y cree es suya
la ventana.
Corre el conejo queda poco tiempo
camina el caracol tiene todo el tiempo
Puedes encontrar la ventana azul, por ahí
En cualquier infinito.

(de “Yo y la otredad”)

ABRASIÓN

El sol invade la habitación
afuera las protestas por los derechos humanos.
Se pasea el olor a carnes y aliños, pronto comeremos;
en nuestro lecho el calor nos retenía
era el fin del mundo.

SIN TÍTULO

La vida el gran escenario; teatro
cuantas veces cae el telón desgarrado
memoria que juega a presente, futuro, pasado
¿qué día es hoy?
No he llegado
En mi cuerpo se anidan las aves,
tomo el sol, a mis pies se acurrucan las palomas.
No he llegado
otro avión cruza el cielo
Detenida en mi jardín, sé que todo llega y ha de
ser, lo que será
Se abre una puerta, cruza un fraile con su
ataúd a cuesta
No he llegado
Se ama y así se elije
Hay llamados tan sutiles que no se creen
sea un llamado y menos el escogido.
No he llegado.

ONTOLOGÍA

En las tardes de una capital aun dormida
en la nostalgia de los acacios
Mis manos pequeñas arrancaban un durazno
de los frutales de mi patio.
Tu jugabas a vender juguetes de lana, en una calle
concurrida.
Ya sabias que el estómago rechina y no perdona.
Tus palabras suaves deshojaron las raíces carcomidas
de mi árbol.



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