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Agustín Córdoba García





A ESOS AMIGOS DEL COLEGIO.

Disculpa, pues es probable que vayas con prisa y no tengas ganas de leer mi voz.
El tiempo que hemos pasado nunca se ha borrado, la muestra es que aquí estamos tú, yo... nosotros, treinta años después. Hablando de lo que éramos y en lo que nos hemos convertido. Sentados en la misma mesa, riendo como los niños que nunca, de manera inconsciente, hemos dejado de ser. Recordando historias, anécdotas, segundos compartidos que han filtrado más allá de la piel y el tiempo.
Poco importa que la distancia haya levantado un muro invisible, poco importa, porque pasados unos minutos, se crea una magia especial donde somos como pequeñas marquitas de la vida, que unidas forman la perfecta unión.
No necesito admirar a ninguna de ellas ni de ellos, no... son las alas de la niñez, son la EGB, son los primeros años de querer descubrir el mundo, son los amigos del colegio.
Pero disculpa, quizá vayas con prisa y te haya entretenido leyendo estas líneas. Si has llegado hasta aquí viaja tú también al pasado, cierra los ojos y pasea...

YA APRIETA EL FRÍOI

Ya aprieta el frío.
Y
en el aire
ha quedado
suspendido
el olor
a las ramas quemadas
tras la poda.
Ya
buscan cobijo
los gorriones
al abrigo
del árbol
y,
con sus voces,
despiden
el día
antes
de caer
rendidos.
Ya aprieta el frío,
pronto
llegará la noche,
apagando la luz
del camino,
acunando
los sueños
perdidos.
Ya aprieta...

UN RECUERDO Mr FACEBOOK

Todas las noches
nacen
de la primera noche
y
todos los besos
buscan con arrebato
la ilusión
del primer beso.
Remonto el tiempo
a contra corriente,
para morir en tu boca,
en todas las bocas
que tus labios
han besado.
Te busco,
en el último trago
de esta copa
que porfía
por tumbar
mis sentidos.
Algo se mueve
ahí fuera,
no es más
que un papel
danzando,
abrazado a la cintura
del aire,
que bambolea
las ramas
de los árboles.
Pero podrías ser tú…
...sí,
podrías ser tú,
percibo
el olor de tu cuerpo,
que desnuda
bailas
sobre mi cama,
ofreciendo
tus labios,
para que muera
en tu boca.



EN EL TEMPLO DEL REY MIDAS

En el templo del Rey Midas
habitan criaturas extraordinarias.
Devoran sueños,
destruyen vidas,
se mueven
como sigilosas sombras.
Deidades de carne y hueso
dibujan monstruos
que asustan al miedo.
Todo es posible
cuando los simples mortales
les siguen el juego.
Se divierten con nosotros
como gato con su ovillo.
Sentados en su sillón
con los pies
sobre nuestras espaldas,
se disfrazan, unos
y otros,
con la sangre del pasado,
con los muertos
de otro tiempo.
Para que
en nuestra inmensa ceguera,
de nuevo,
nos saquemos
los ojos.

MI VOZ SE PIERDE EN TUS LABIOS

Mi voz se pierde en tus labios
antes de ser susurro.
Para qué negarlo.
Todo ha cambiado,
puede que andemos
extraviados
en vidas divergentes,
en mundos equivocados.
Para qué negarlo.
Ya no almaceno sueños
que expiraron
con aspiraciones de luz,
de un efímero segundo
a tu lado.
Ya no quiero
que todos me quieran,
me conformo
con que me acepten
o se pierdan.
Para qué negarlo.
Ya no me busco.
intento perderme,
darme esquinazo,
fundirme entre la gente
y
que el tiempo
me arrastre
en las olas
de su marea.
Los años pasan
y
dejan huella,
y
dejan cicatrices,
y
dejan difuminada sombra
de aquello que quisimos
que nuestra vida fuera.
Para que negarlo...
desapareceré
mucho antes,
de que
mi voz
sea,
susurro
en tus labios.


OTRO DÍA

Otro día,
otra historia,
y 
la oportunidad 
de construir
puentes
entre 
el que fui 
y
lo que seré.
El sol 
que iluminó 
los acontecimientos 
más extraordinarios 
y
los más detestables 
de la humanidad,
es el sol
que hoy
acaricia la piel.
Cierro los ojos
y
siento
la tierra
que piso,
la que pisaron
mucho antes que yo
aquellos 
que caminaron
por la línea 
extravagante 
que llega 
a mis raíces.
Nada importa,
nada existe,
todo es tan efímero
como la tinta 
de estas letras.
Otro día,
otra historia...

SABES

Sabes 
que es
como el frío,
te empapa 
hasta los huesos,
te arrastra
a las profundidades 
donde todo
es diferente,
y
en ese instante
ya todo cambia.
El miedo 
de perder la vida
a manos 
de un depredador,
de un malnacido
y
dejas de ser tú.
Ensucian el nombre
de los hombres,
estos sujetos
viles y patéticos
que bajo el yugo 
de un fantasmagórico miedo
van segando vidas,
secando familias.
Minutos de silencio
que ya no dan aliento
a la fría carne,
silencio...
...miedo.
Para ti mi abrazo,
para él...
una guadaña 
al pecho.

DAME LA SONRISA

Dame la sonrisa
de otros años,
y
seguiré la senda
de tus pasos
para olvidar
lo aprendido,
y
escapar
de esta sensación
de cansancio
eterno.
Dame
la sonrisa
de otros años
y
me perderé
en tus manos
como una fina línea
que perenne
te acompañará
en este vieje.
Dame
la sonrisa
de esos años...
...donde
vivir
era un juego.

SOMOS EL ERROR

Somos el error
de todos
nuestros pasos.
Somos mucho más
que una noche
de sexo,
aunque
si hablamos de eso...
somos el sonido
de ese muelle roto
en el colchón.
No hace frío
en el límite
de tus caderas,
y
tu piel
es un refugio
donde perderse,
sin prisas,
estrangulando las horas
con el tirante
de tu sujetador.

ES EL REFLEJO DE LA VIDA

Es el reflejo de la vida
la risa de un crío.
Inocente,
espontánea,
libre de prejuicios.
Como escuchar
el agua de un arroyo
o el canto de un mirlo.
Es el reflejo de la vida
que libre crece,
más allá
de la mirada uraña
que nace
en los días ingratos,
donde los niños
pierden la sonrisa.

PODRÍA VIVIR

Podría vivir
el resto
de mi vida
recogiendo los restos
de los sueños
que dejamos
atrás.
Y
te seguiría
queriendo
aunque
no formemos
la división exacta.
Puede que el tiempo
no nos tenga preparados
una rima perfecta
en la que perdernos
para sumar
nuestras vidas.
Quiero
que te sientes,
y
mires
el camino
que llevamos
andado,
pues
nada es eterno
si de cuerpos hablamos.
Grita.
Allí donde piensas
que tu corazón
ya no llega,
pues podría vivir
el resto
de mi vida
recogiendo
los sueños
que en el camino
dejamos.

UNA BANDADA DE ESTORNINOS

Una bandada
de estorninos
ha caído
en el olivar.
Ahora
que el sol
mancha el cielo
con colores rojizos
y
el gélido viento
agita las ramas
violentamente.
Fría está la piedra
sobre la que, sentado,
abro todas las ventanas
que dan al olvido,
para ventilar
esta estancia
viciada de recuerdos.
Los estorninos
levantan el vuelo
y
con su negro plumaje
tiñen de luto
el rumor
del viento.

AÚN RETIENE EL OLOR

Aún retiene el olor
de su cuerpo
después de la ducha.
Y
eso aumenta
la sensación de pérdida,
el dolor que ahonda
sin fondo en el alma.
Abrieron todas las ventanas
con vistas a la felicidad,
sin fecha de caducidad,
porque nada es eterno
hasta que no cala
en el tuétano.
Su ropa colgada en el armario
crea un efecto alucinógeno,
pronto entrará por la puerta,
porque aún retiene
el olor de su cuerpo,
porque todo es mentira,
porque en algún instante...
...abrirá esa puerta.
Porque el futuro es cobarde
y
se esconde
en las manos del presente,
en las arrugas del pasado.
Aún retiene su olor,
aún siente su tacto...
... porque
el futuro,
es cobarde.

ABRIGA.

Abriga la noche
el sueño prendido
con hilo de plata
en los ojos de gata
que me trae el olvido
al abrigo de la noche.
Caminan despacio
los pies que con prisa
siguieron tu sombra.
El silencio te nombra
en el filo de la caricia
perdida en el espacio.
Busco ese espacio
donde mis dedos
eran huéspedes
habitando tu cuerpo,
caminantes sin rumbo
que conocen el camino
donde la noche
acuna tu sueño
prendido con hilo de plata.

MIRA TUS MANOS ARRUGADAS

EL espejo no refleja
lo que la mente
siente.
La lluvia bañó de atardeceres
el recuerdo que el olvido
no robó en una avanzadilla
hacia la llamada definitiva.
Escuchas el viento
que de niña te despeinaba
y hoy te cuenta historias
que ya no recordabas.
Mira tus manos
llenas de ríos de vida,
de amor incondicional,
de sueños velados.
Escuchas la lluvia
que ya no moja
pero te empapa
de amor y recuerdos,
de calor y besos.
Mira tus manos,
ellas
son la luz
del mundo.

MIRA MIS MANOS

Mira mis manos,
sólo buscan el cobijo de tu piel.
Bailas en mi recuerdo
con el movimiento que embriaga
todas las vidas que nunca viviré.
Y no, no espero que vengas
vestida con el silencio de la noche
a buscarme entre susurros
que derriben murallas
levantadas en el tiempo.
Bailas.
No hay música.
Sigues danzando,
tan cerca, que escucho
tu respiración agitada
y huelo ese perfume…
¿como se llamaba?
Escapé por la ventana
donde se proyectaba la sombra
de unas rejas invisibles
y busqué tu silueta recortada
por acordes olvidados.
Suena una canción en mi cabeza.
Mira mis manos,
sólo buscan el cobijo de tu piel.

SÍ, LO SÉ

Sí.
Lo sé.
Nada es lo que fue,
ni se puede
rebobinar
una película
que nunca se escribió.
Sí.
Lo sé.
Pero lo veo sentado,
con la cabeza
entre las manos
como una vieja estatua
de un autor desconocido.
Y
sí,
ya no llegará la primavera
a la vereda del rio
que discurre por su vida,
ni la luna le iluminará
en lo soportales
enamorando muchachas.
Sí.
Lo sé.
Que el invierno
está llenando cada poro,
cada recuerdo, cada instante.
Sí.
Lo sé.
Pero más allá del tiempo,
de el peor de los inviernos,
del crepitar de los recuerdos
en esta vida tan grande, tan fatua,
siempre quedará su semilla plantada
en algún corazón lleno de primaveras.
Sí.
Lo sé.

MENÚ PARA DOS

Están sentados, juntos.
Apenas a un par
de mesas de mí.
Ensalada
con queso fresco,
media docena de sardinas
y
una paella de verduras
para compartir.
Ninguno de los dos
cumplirá ya los setenta.
No terminan ningún plato,
sonríen y apenas hablan
en un idioma
que no entiendo.
La botella
de vino rosado
metida en el enfriador
sí,
esa si la apuran.
La luz entra con descaro
por todos los ventanales.
No miran la televisión
ni el teléfono,
ellos

se miran,
sí,
no dejan de mirarse.
Helado de turrón
sin café ni infusión,
la cuenta
y
una gran sonrisa
al despedirse
de la camarera.
Su mesa
queda vacía
mientras se alejan
abrazados por la cintura
y
no sé por qué,
me queda la sensación
de que en este mundo
hay gente
que se atreve
a ser feliz

ASPAVIENTOS

Otra lata de cerveza
y que tiemble
el rubio Trump.
El cigarro entre
dos dedos
parece una
luciérnaga
ebria.
Con la otra mano
golpea
sobre el hombro
de un hombre
que al hablar
tartamudea.
Descansa
durante unos segundos
en los que aprovecha
para acomodarse
los testículos
de manera
concienzuda,
se diría
que ha realizado
un buen trabajo.
Quedo hipnotizado
por el momento,
tan mágico,
que parece
irreal.

DIME.

¿Qué pasa?
Sí, cierra los ojos.
Sólo consigues
llenar tu cabeza
de pequeños momentos
que apagan la
oscuridad.
¿Qué pasa?
Si por un instante
piensas en la vida
como un préstamo
que en algún momento,
sin excepción, habrás de pagar.
¿Que pasa?
Si resulta que sólo eres
otro punto y seguido,
otra coma más
en un verso
dentro de un poema.
¿Qué pasa?
Dime.
Si al extender tu mano
en la opacidad de la habitación
encuentras la mía a pesar de la distancia.
Si por un instante
no existe nada
más allá
de este
cuarto.
Cierra los ojos.
Porque en este silencio,
yo
te busco.

RAIGAMBRE.

Poema hecho carne
en lo más profundo de tu madre,
que te escribes verso por día.
Día que te deslumbra
mientras creces como poema,
ante los ojos del mundo
que desconoce tu grandeza.
Árbol tierno que comienzas
a extender tus raíces,
por una tierra desconocida,
volátil, fría,
y a la vez panacea
de todos tus futuros.
Raíces que pronto llegarán
a un subsuelo fértil y esperanzador,
con la promesa
de todos los parabienes.
Poema hecho carne.
De raigambre profunda,
ramas frondosas
y sombra amplia.
Ojalá un día,
cobijes el recuerdo,
del jornalero que un día
plantó tu semilla.

CANTO DE SIRENA.

En el sepulcro de nuestro recuerdo,
donde solo quedan dos cuerpos,
abrazados en el tiempo,
que buscan vivir un sueño.
Como una psicofonía
que rasga el silencio,
tu risa se eleva
siseando en mí,
hasta erizarme la piel.
Alzo mi mano, tumbado en la cama,
buscando el tacto de una piel
tan suave como lejana.
En el sepulcro de nuestro recuerdo,
tu risa se alza en el silencio
llamándome a gritos.

Y LLEGÓ LA HORA

Y llegó la hora
en la que los sueños
abandonan los cuerpos
para hacerse realidad.

HOSTIL RECUERDO.

Arraigas en mi pecho,
recuerdo insolente.
Proclamas tu victoria,
sobre un pasado lejano.
Ondean tus pendones
de un feudo en ruinas.
Te proclamas señor
de una tierra estéril y sombría.
Mas no contabas,
que el suelo fértil,
lo puse a buen recaudo
lejos de tus tropas
donde tus flechas
no matan mi presente.
Arraigas en mi pecho,
recuerdo insolente.
Ondean los pendones
de tu feudo en ruinas,
mas no contabas,
que el campo de batalla,
terminaría siendo
un folio en blanco,
y las letras
mis soldados.

MELANCOLÍA.

Duerme un poco más,
hasta que la brisa del mar
te despierte a mi lado.
Abrazo en una última
escena insólita, el cuerpo
que nunca será mío.
Nadie nos persigue,
pero nuestros cuerpos
no son libres.
Deberíamos de saber
que en ese cielo,
no hay lugar
para
nosotros.

CUANDO ME HAGA VIEJO

Cuando me haga viejo
seré calvo,
me dejaré
una espesa
barba blanca
para que los grillos
aniden en ella.
Le echaré de comer
a las palomas
con la paciencia
del tiempo
lánguido.
Cuando sea viejo,
me dejaré los dedos largos,
para acariciar
los labios
que me sonríen,
que siempre
han estado
sonriendo,
y
te conseguiré
esa luna
que nunca
te prometí.
Cuando sea viejo...
...si llego,
el tiempo
habrá pasado.

REFLEJO DE JUVENTUD.

Mira sus manos
y las ve arrugadas,
los años han dejado tantas huellas
como la vida misma.
Se mira al espejo,
y en ocasiones no reconoce
a la señora mayor
que le devuelve la mirada,
ella no se siente
como su reflejo sentencia.
Ha vivido tanto y a la vez
ha disfrutado tan poco,
que no puede valorar
otra forma de vida,
es como el árbol que crece
tapado por la sombra
de su mundo, nunca llega
a ver por completo el sol.
Ha peleado en mil batallas,
y en todas ha perdido
un trozo de ella,
porque nunca se gana
cuando el enemigo está en casa.
Por eso,
ahora,
que su cabeza es joven
y su alma dura, ahora,
liberada del lastre
de algunos miedos,
que la hundían como un fardo,
hacia el silencio de si misma.
Ahora,
se prepara, al igual que una jovencita,
para descubrir un nuevo mundo.

COQUETA.

No quiere que la vean
con la ropa de estar por casa.
Es coqueta y le gusta
verse -más- guapa.
Aunque en ocasiones,
el día a día la supera
y ahí, todo da igual.
Si ella se viese,
con los ojos que él la mira,
entendería, que la única ropa
que necesita para estar guapa,
es
su
Sonrisa.

MIGAS DE PAN

Sentado en el segundo escalón,
con un vaso de refresco
como caja registradora,
está pidiendo en la puerta
de la iglesia.
Lo observo desde lejos
como le echa migas de pan
a las palomas.
Tiene cara de felicidad
viéndolas comer
a su lado.

TÚ.

Mañana, no seré más que los restos
de un cuerpo inerte,
la sombra de algún recuerdo.
Mañana, no me vaciaré en unos versos,
en un todo,
que no tiene aspiraciones.
Mañana, quizá el sol sólo sea para mí,
las letras de un poema, que un día
leí o intenté escribir.
Mañana seré nada,
o puede que menos.
Pero eso, quizás sea mañana,
hoy, no voy a buscar
una mala excusa para vivir,
hoy no voy a esconderme
en un mañana incierto y traidor.
Porque todo lo que en el mundo
necesito,
es hoy.
Eres tú.

NADA.

Está tumbado en un banco,
a la sombra de un gran árbol.
Por un momento me da envidia.
Yo estoy currando y probablemente
me quedaré sin unas vacaciones.
Si no fuese porque no tiene
nada más que el banco
y una vieja mochila,
probablemente
me daría
envidia.

SAL.

Contigo o sin ti.
Dentro o fuera.
La vida no es mejor
si pienso que ya
nunca estarás conmigo.
Y quién sabe si mañana
el círculo se cerrará,
con un beso de sal
que haga cicatrizar,
el miedo de un adiós.






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