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Nekane Vado

 




¿QUÉ QUIERO SOÑAR YO?

¿Qué quiero soñar yo? ... 
el olor de la vida: 
con los años se pegan a la piel y hablan. 
Soñar con cánticos de sirena.
Soñar en la nostalgia.
Soñar que sueñas conmigo,
y sentir tu sueño... en la distancia.
Soñar en blanco y negro,
todos los sueños,
nuestros sueños,
tus sueños.
Quiero soñar yo:
contigo.

TE AMO

Te amo,
con la boca de un cielo de pasión y
te amo,
aún derramando el agua al rojo,
que baña la roca seca de la bajamar.
Amo tus palabras,
amo tus sueños y
lloro las lágrimas de la no complacencia,
por no saber que el amor se ama,
aún siendo solo dos, dos palabras,
al oído, con voz calma:
Te amo.

CAMINOS MUERTOS

Subida al Teide, por senderos de lava,
forjados a pequeñas instancias naturales.
Cuando supimos de la agonía,
de muchas otras,
solo quedaban pequeños rastros.
Caminos muertos.

CASCABELES.

Donde tú callas,
yo permanezco en el olvido.
Como cántaro al agua,
las gotas me hacen libre.
Lluvia de invierno,
cascabeles.

MARZO, PRIVILEGIO DE COLOR

Marzo llega con el grito del nacimiento,
sin la demora de actos fallidos.
Si hay flor merecedora de privilegio,
es el nostálgico clavel
hermano directo de tupidas mantas de colores.
De grueso talle, su fuerte envergadura
se apropia del coloso primaveral,
y hace sombra a este invierno que se va,
lento, muy lento.

DE LA TIERRA DONDE VINO

Corre por el sendero estrecho de la loma.
Huye de su melancólica existencia,
herido por la bala, de aquel que le viera nacer.
Huye de la muerte, de aquel que le diera vida.
La sangre azota sus pezuñas negras.
Rasca la tierra empolvada,
en el dilema de sus dos caminos,
que le llenan de miseria.
Huele a tierra mojada.
Y sus ojos, cierran a golpe de un disparo.
Abiertos bajo la hierba reseca,
de aquel verano furtivo.
Y no queda más por hacer,
que esperar algún descuido.
Y volver sus pasos atrás,
de la tierra donde vino.

LISBOA

Y la noche, cuando su locura
embriaga de besos y,
me sabe la luz de la farola,
tiernos mensajes de amor eterno.
No es noche quien llega
a un corazón solitario.
Ni la sinrazón sabe de lamentos.
Es amor bajo la tierna mirada antigua,
es el placer se sentirte, cerca,
oler tu presencia,
tú, mi vida.

NOCHE ROJA.

A veces las palabras salen espesas,
a golpe de martillo y yunque,
a fuego ingrávido
que seca las lágrimas de lluvia.
Noche roja, presa de Marte
y las rejas
solas, inertes en la lejanía.
Volverán las golondrinas,
por el norte.
Llameará la brisa marinera
al encontrarte.

SANGRA EL FARO EN LA NOCHE.


Dice el farero que la noche huele a salvia
cuando toca la mano del astro rey
aún en su trono.
Sabor amargo deja a su soledad
la tisana humeante
y el olvido.
Tuvo amor de amante
llenó su espacio
hoy vacío.
Sangra el faro en la noche.

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