NOSTALGIA,
SAUDADE O QUÉ SÉ QUÉ
Yo
no sé si es nostalgia, saudade o tristeza sin fondo:
es
como un déjà vu, pero mucho más persistente e intenso.
Un
retorno a la ciudad del sueño en duermevela en la que nunca estuve.
Me
veo entonces, como a través de un espejo deslucido, solitario y noctámbulo,
yendo
al encuentro del amigo a quien no volveré a ver.
Camino
entre la niebla en esta noche fría,
en
que la luna llena apenas se deja presentir,
por
una calle sin luces y sin nombre,
encojo
los hombros, me subo las solapas de la americana y enciendo un cigarrillo,
rogando
a Dios por lo bajo que aún esté abierto el bar en que habíamos quedado,
y
que aún siga él allí, con su vaso de whisky en la mano, para brindar de nuevo
y
“echar unas risas” que ahuyenten, por un momento, la tristeza
y
abarcar el mundo entero en un abrazo.
Pero
él, me dice el camarero, también esta vez ha tenido que marcharse,
pues
anda muy ocupado atendiendo sus asuntos de muerto prematuro.
Y
yo me encojo de hombros otra vez, me tapo hasta las orejas,
y
salgo de nuevo a la calle, hacia el amanecer helado que me espera.
HOMÉRIDA
I
Pronto
supieron los insignes vates ciegos
Que
aquel muchacho era especial.
Su
voz, pese a la edad, grave y sonora;
su
exquisito manejo de la lira;
su
innato amor hacia la, por siempre, virgen Afrodita.
¿Pero
a quién encomendar su pupilaje?
II
Veinte
años lleva ya con su viejo maestro
y,
sin embargo,
¡le
queda tanto aún por aprender!
Y
así piensa a veces todavía
que
todo este tiempo de penoso aprendizaje
no
ha sido más que un largo desengaño.
No
lo conseguirá y lo sabe,
mas
ha de presentarse ante el tribunal de los Aedos
y
perpetuar el engaño.
III
El
anciano, en tanto, no comparte esos temores.
Con
impecable rigor ha ido tejiendo la red
en
torno a su díscolo aprendiz:
el
único digno heredero
de
portar la fórminge de Orfeo.
Puede
presentarlo con orgullo a sus colegas.
Pasará
la prueba y será
uno
más en la asamblea
de
los sabios vates vagamundos ciegos.
Y
el anciano maestro, al cabo, podrá retirarse a descansar.
PAZ
EFÍMERA EN LA ANCIANIDAD
Intentando
emular a Konstantino Kavafis
Olvidado
el sueño efímero agorero,
contempla
gozosa Hécuba a su esposo;
cómo
hace carantoñas Príamo a Astianacte,
cómo,
jugando, deposita la regía corona en su cabecita infantil.
En
la infértil Pilos, Nestor, el honorable anciano,
rememora
satisfecho la terrible guerra contra los centauros.
Los
heroicos tiempos, piensa, ya nunca volverán;
Jamás
otras batallas como aquellas.
Excusado
de seguir perteneciendo al noble estamento de los guerreros,
se
dispone a grabar en láminas de cobre sus memorias.
Mientras,
Calcante, el adivino, es presa de un súbito terror sin fundamento
en
tanto Menelao, junto a la hermosísima Helena,
se dispone a recibir en el palacio a su eximio huésped sin defecto.ROMANCE DE LA DONCELLA Y EL DONCEL
(Del
“Romancero apócrifo”)
Por
las tierras de La Mancha,
en su brioso corcel,
cabalga
en pos de su hado, un afamado doncel.
Al
trote lleva al caballo por los campos de Montiel.
Va
al encuentro de su amada, va a encontrarse con su bella.
A
ella solo se encomienda, la su adorada doncella.
Sólo
hacia ella sus ansias. Ella es su bien, es su estrella.
No
tiene más pensamiento que el de ayuntarse con ella.
Siente
un gustillo en los huevos que le sube a todo el cuerpo.
El
trotecillo pausado lo pone a ciento y onceno:
ese
trote tan lascivo, ese trote tan ligero.
Sube
y baja, sube y baja, hasta secar su venero.
La
doncella, mientras tanto, dulce, cariñosa y tierna,
recogida
en su bufete, siente ardores de entrepierna.
“¿Dónde
estará el muy bandido, dónde estará el sinvergüenza?
(No
confundir con el noble recostado de Sigüenza)
Ven
deprisa, amado mío, que este fuego ni con agua
soy
capaz de sofocar, aunque remoje mi enagua.
Unas
gotas de Chanel, mis muslos perfumarán,
y
atraerán a mi doncel cuál veloz alcaraván”.
Pero
el doncel no se allega, va muy lento su caballo.
Y
aprovecha la ocasión, muy ladino, un mal lacayo.
Haciendo
ver que es eunuco, aunque es un poste de mayo,
le
olfatea su chanel y , pis pás, la ha desvirgado.
Ya
le quitó los ardores, ya el incendio es sofocado.
Ya
la doncella no es tal; ya el doncel es ultrajado.
“He
llegado en cuánto pude, ¡pero cuán tarde he llegado!
-exclama
el pobre cornudo, -aunque haya venido al trote”.
Así
le responde ella la ex doncella ya sin dote,
ya
carne de lupanar: “Haber venido al galope”.
Hasta
aquí ha sido el romance: de la doncella, el doncel,
del
malhadado recurso a las gotas de Chanel.
De
los embustes ladinos de un fementido lacayo,
de
los campos de Montiel y del trotar de un caballo.
RIPIO
ALEJANDRINO
Vaya
julandro
Alejandro.
Corta
el nudo de Gordión
Por
no saberse el catón.
Aristóteles
le increpa:
“¿Qué
has hecho, mala veleta?
¡Te
has cepillado el secreto
Que
se ocultaba discreto
En
el nudo de Gordión!”
“¡Qué
secreto ni secreto-
Le
responde, sin respeto
A
las canas del maestro,
Alejandro
el macedón-
Conquistaré
toda el Asia,
Me
casaré con Roxiana,
Y
seré su emperador!”
“No
vivirás suficiente-
Aristóteles
disiente-
Por
no haber desenredado
Con
paciencia y sin enfado
Ese
nudo enmarañado
De
Gordión”.
Maravillosos poemas, Don Jaime Lagarde.
ResponderEliminarSaludos.
No son poemas, CANTACLARO, son poemolones, je, je. Gracias por leerme.
EliminarEl Parnaso está fiesta / y la musa está que arde / y hemos llenado la cesta / con versos de Don Lagarde.
ResponderEliminarFalta una "de" en el primer ripio... Perdon
ResponderEliminar'De' pronto supieron..., je, je. Vaya 'de' julandro Alejandro... Por las 'de' tierras de la Mancha en su brioso corcel..." Ahora en serio, Hilario, no lo veo. ¿Podrías ser más explícito para que lo arregle? Gracias
Eliminar¡Ah! Ya caigo, sí. "El Parnaso está 'de' fiesta". Me he 'tirao' una hora, leñes con el alejandrino de los cojons, je, je.
EliminarEmocionante Jaime!!!
ResponderEliminarMuchas gracias, Nekane Vado. Con amigos así da gusto hacer pinitos en eso de la poesía. Je, je.
EliminarGeniales los poemas!!! Divertidos y pícaros!!! Un poco o un mucho como creo o adivino que eres.
ResponderEliminarNo, no soy ni divertido ni pícaro. Soy muy serio y circunspecto. Je, je. Gracias por comentar en el blog. Espero tus poemas, Concha Torres Galán.
EliminarMuy buenos compañero,un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias. Espero tener pronto poemas suyos para incluir en el blog.
EliminarMis aplausos amigo Jaime....Un placer leer tus letras.
ResponderEliminarTienes talento genial...Tú si que sabes.
Un abrazo.
MA.
Gracias M.A. Siempre tan generosa en tus comentarios como en tu poesía.
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