Páginas

Jaime Lagarde

 


NOSTALGIA, SAUDADE O QUÉ SÉ QUÉ

Yo no sé si es nostalgia, saudade o tristeza sin fondo:
es como un déjà vu, pero mucho más persistente e intenso.
Un retorno a la ciudad del sueño en duermevela en la que nunca estuve.
Me veo entonces, como a través de un espejo deslucido, solitario y noctámbulo,
yendo al encuentro del amigo a quien no volveré a ver.
Camino entre la niebla en esta noche fría,
en que la luna llena apenas se deja presentir,
por una calle sin luces y sin nombre,
encojo los hombros, me subo las solapas de la americana y enciendo un cigarrillo,
rogando a Dios por lo bajo que aún esté abierto el bar en que habíamos quedado,
y que aún siga él allí, con su vaso de whisky en la mano, para brindar de nuevo
y “echar unas risas” que ahuyenten, por un momento, la tristeza
y abarcar el mundo entero en un abrazo.
Pero él, me dice el camarero, también esta vez ha tenido que marcharse,
pues anda muy ocupado atendiendo sus asuntos de muerto prematuro.
Y yo me encojo de hombros otra vez, me tapo hasta las orejas,
y salgo de nuevo a la calle, hacia el amanecer helado que me espera.

A mi amigo Luigui, siempre en el recuerdo.


HOMÉRIDA
I
Pronto supieron los insignes vates ciegos
Que aquel muchacho era especial.
Su voz, pese a la edad, grave y sonora;
su exquisito manejo de la lira;
su innato amor hacia la, por siempre, virgen Afrodita.
¿Pero a quién encomendar su pupilaje?

II
Veinte años lleva ya con su viejo maestro
y, sin embargo,
¡le queda tanto aún por aprender!
Y así piensa a veces todavía
que todo este tiempo de penoso aprendizaje
no ha sido más que un largo desengaño.
No lo conseguirá y lo sabe,
mas ha de presentarse ante el tribunal de los Aedos
y perpetuar el engaño.

III
El anciano, en tanto, no comparte esos temores.
Con impecable rigor ha ido tejiendo la red
en torno a su díscolo aprendiz:
el único digno heredero
de portar la fórminge de Orfeo.
Puede presentarlo con orgullo a sus colegas.
Pasará la prueba y será
uno más en la asamblea
de los sabios vates vagamundos ciegos.
Y el anciano maestro, al cabo, podrá retirarse a descansar.

PAZ EFÍMERA EN LA ANCIANIDAD
                                                                                                   Intentando emular a Konstantino Kavafis
Olvidado el sueño efímero agorero,
contempla gozosa Hécuba a su esposo;
cómo hace carantoñas Príamo a Astianacte,
cómo, jugando, deposita la regía corona en su cabecita infantil.

En la infértil Pilos, Nestor, el honorable anciano,
rememora satisfecho la terrible guerra contra los centauros.
Los heroicos tiempos, piensa, ya nunca volverán;
Jamás otras batallas como aquellas.
Excusado de seguir perteneciendo al noble estamento de los guerreros,
se dispone a grabar en láminas de cobre sus memorias.

Mientras, Calcante, el adivino, es presa de un súbito terror sin fundamento
en tanto Menelao, junto a la hermosísima Helena,
se dispone a recibir en el palacio a su eximio huésped sin defecto.

ROMANCE DE LA DONCELLA Y EL DONCEL

(Del “Romancero apócrifo”)

Por las tierras de La Mancha,   en su brioso corcel,
cabalga en pos de su hado,   un afamado doncel.
Al trote lleva al caballo   por los campos de Montiel.
Va al encuentro de su amada,   va a encontrarse con su bella.
A ella solo se encomienda,    la su adorada doncella.
Sólo hacia ella sus ansias.   Ella es su bien, es su estrella.
No tiene más pensamiento   que el de ayuntarse con ella.
Siente un gustillo en los huevos   que le sube a todo el cuerpo.
El trotecillo pausado   lo pone a ciento y onceno:
ese trote tan lascivo,   ese trote tan ligero.
Sube y baja, sube y baja,   hasta secar su venero.
La doncella, mientras tanto,   dulce, cariñosa y tierna,
recogida en su bufete,   siente ardores de entrepierna.
“¿Dónde estará el muy bandido,   dónde estará el sinvergüenza?
(No confundir con el noble   recostado de Sigüenza)
Ven deprisa, amado mío,   que este fuego ni con agua
soy capaz de sofocar,   aunque remoje mi enagua.
Unas gotas de Chanel,   mis muslos perfumarán,
y atraerán a mi doncel   cuál veloz alcaraván”.
Pero el doncel no se allega,   va muy lento su caballo.
Y aprovecha la ocasión,   muy ladino, un mal lacayo.
Haciendo ver que es eunuco,   aunque es un poste de mayo,
le olfatea su chanel   y , pis pás, la ha desvirgado.
Ya le quitó los ardores,    ya el incendio es sofocado.
Ya la doncella no es tal;   ya el doncel es ultrajado.
“He llegado en cuánto pude,   ¡pero cuán tarde he llegado!
-exclama el pobre cornudo,  -aunque haya venido al trote”.
Así le responde ella  la ex doncella ya sin dote,
ya carne de lupanar:   “Haber venido al galope”.

Hasta aquí ha sido el romance:   de la doncella, el doncel,
del malhadado recurso   a las gotas de Chanel.
De los embustes ladinos   de un fementido lacayo,
de los campos de Montiel   y del trotar de un caballo.

RIPIO ALEJANDRINO

Vaya julandro
Alejandro.
Corta el nudo de Gordión
Por no saberse el catón.
Aristóteles le increpa:
“¿Qué has hecho, mala veleta?
¡Te has cepillado el secreto
Que se ocultaba discreto
En el nudo de Gordión!”
“¡Qué secreto ni secreto-
Le responde, sin respeto
A las canas del maestro,
Alejandro el macedón-
Conquistaré toda el Asia,
Me casaré con Roxiana,
Y seré su emperador!”
“No vivirás suficiente-
Aristóteles disiente-
Por no haber desenredado
Con paciencia y sin enfado
Ese nudo enmarañado
De Gordión”.

14 comentarios:

  1. Maravillosos poemas, Don Jaime Lagarde.

    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No son poemas, CANTACLARO, son poemolones, je, je. Gracias por leerme.

      Eliminar
  2. El Parnaso está fiesta / y la musa está que arde / y hemos llenado la cesta / con versos de Don Lagarde.

    ResponderEliminar
  3. Falta una "de" en el primer ripio... Perdon

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. 'De' pronto supieron..., je, je. Vaya 'de' julandro Alejandro... Por las 'de' tierras de la Mancha en su brioso corcel..." Ahora en serio, Hilario, no lo veo. ¿Podrías ser más explícito para que lo arregle? Gracias

      Eliminar
    2. ¡Ah! Ya caigo, sí. "El Parnaso está 'de' fiesta". Me he 'tirao' una hora, leñes con el alejandrino de los cojons, je, je.

      Eliminar
  4. Respuestas
    1. Muchas gracias, Nekane Vado. Con amigos así da gusto hacer pinitos en eso de la poesía. Je, je.

      Eliminar
  5. Geniales los poemas!!! Divertidos y pícaros!!! Un poco o un mucho como creo o adivino que eres.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No, no soy ni divertido ni pícaro. Soy muy serio y circunspecto. Je, je. Gracias por comentar en el blog. Espero tus poemas, Concha Torres Galán.

      Eliminar
  6. Respuestas
    1. Muchas gracias. Espero tener pronto poemas suyos para incluir en el blog.

      Eliminar
  7. Mis aplausos amigo Jaime....Un placer leer tus letras.
    Tienes talento genial...Tú si que sabes.
    Un abrazo.
    MA.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias M.A. Siempre tan generosa en tus comentarios como en tu poesía.

      Eliminar