Herminia Bécares Álvarez

HA CAIDO LA NOCHE

Ha caído la noche en la casa del pueblo

¡Precintad esas puertas con cintas de luto!

que no pase nadie,  el suelo está lleno

de tantas pisadas: alegres, con prisa

pisadas de miedo, de penas…….

!Benditas pisadas!

Decirle a la gente, que tenga paciencia,

que he de recogerlas y hay tantas y tantas.

¡Clavar si es preciso las contraventanas!

que noto su esencia prendida  en el aire

quiero retenerla, de ella  emborracharme

¡Cegad las  rendijas! para  que no escape,

sin darme el relevo de amor y coraje.

¡Tapiad con adobes el horno de leña!

Ya no habrá más vides, ni jaras, ni encinas

que su boca trague.

Han cruzado el calce las manos de arroje.

¡Tapadlo enseguida!, corred al rescate

de ese olor tan bueno a los ricos bollos

y a las magdalenas que hacia mi madre.

¡Abrir las pocilgas!, que los cerdos marchen.

Que no habrá matanzas, adobos, artesas

ni habrá longanizas que las latas carguen.

Que se fue el cariño y con él el arte.

Decidle a la gente que tenga paciencia

que son muchas cosas de las que ocuparme.

EL ALMENDRO

El almendro del huerto ha florecido

Prematuras sumisas e inocentes

las yemas de lágrimas amargas

dieron  a luz con la prisa adolescente.

La luna de tus besos fue tejiendo

las doradas notas de la nana

Y el almendro del huerto floreciendo

y la nana adormeciendo las heladas.

Ay canales de partos dolorosos

surtidores de  tiernas mariposas

poros benditos en la áspera corteza

de donde beben  alas luminosas

Que pena,  mi rey, me da el almendro

que floreció engañado e imprudente

al arrullo de la nana de tu luna

y a ti no te quedan ojos para verle

 

Yo ya no quiero luna sin tus besos

Arrancaré del huerto nuestro almendro amado

Y dile a la luna, amor, si te la encuentras,

Dile que su cantar hoy me hace daño.

Que pierda la voz y hasta el aliento

Que olvide las nanas embusteras

Que ya no tiene dueño el huerto ni el almendro

Que después de ti  ya no habrá más sementeras