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Antonio Seijo Tardido



 


POEMAS DE LA AUSENCIA

Soy olvido
ausencia, vacío
nada.
Muero en tu muerte
azules miradores
cerrándose
una tarde de otoño.
Soy nada,
espada de aire
sonrisa de hielo
espejo ciego.
Ahora,
padre
soy vacío,
cuando el viento arranca
la hoja
y el Sol de junio
deshiela
mi gesto en lágrima.
No vivo,
soy apariencia
sin memoria,
ni recuerdo.
Soy ceniza
olvido,
despiadada ausencia
desde esa orilla
en la que habitas.
 


SIN TÍTULO

(Ya que una buena persona, Jaime Lagarde, me lo ha pedido dejó aquí un escrito, no sé si poema o poemo, risas de lágrimas que aún anidan en la memoria. Amén).

¿Quién ha besado
mis labios?
¿Qué fuego ha trocado
en agua mi alma?
Respiro aún entre cadencias de estío,
hálitos del recuerdo que ya ama.
Aún vivo en la palabra que muere,
arena, áspera piedra muerta.
No sé nombrarte con la mirada,
pero me miras
cómo si ya me hubieras amado.
Negra sombra que el caedizo
otoño ilumina.
Un hombre muere ante mi mirada
mis labios besan la esperanza.
Pero no hay dolor.
no llaga ya la herida.
Es mi muerte la que muere.

Antonio Seijo Tardido todos los derechos sin reservar

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