Páginas

Ana Lucia Montoya Rendón

 
no es fácil amansar la voz cuando la lengua ha muerto
cuando en el pecho los recuerdos moribundos van mutando hacia el olvido
no es fácil cantar cuando el silencio es el guardián de la casa
¡qué difícil aceptar que hemos muerto!

  
Eva, isla de olvidos, rodeada de náufragos fantasmas,
anclado en soledades tu velamen —bandera aún no izada—,
hace tiempo ardes a orillas de un mundo que no reconoces como tuyo;
nada más atajas en tu ser deseos que has tenido de ir tras el Sol y los ciclos de la Luna

Eva, crezca imparable tu cintura
y des a luz mil veces a la hembra y al amor.

HA LLEGADO MI NIÑO BELLO

(A Juan José, mi cuarto nietecito)

Van y vienen muchos trinos,
van y vienen muchos vuelos,
van y vienen cascabeles,
sones de azúcar moreno.
Ha llegado a nuestras vidas
niño con notas de cielos.
Van y vienen nubes blancas
y sus risas de ángel tierno.
Su padre y madre lo entibian
con mantitas sobre el pecho,
honores rinden al Padre
por darles un ser tan bello.
Van y vienen cascabeles
por veritas de luceros.
Van y vienen las sonrisas
en torno a mi niño bueno.
Van y vienen sus pasitos,
¡presagian mañanas ciertos!.

POSPARTO

1.
no sabe si cerrar los ojos
hundirse dentro de los aromas del recuerdo
o mantener la vista fija en algún horizonte…
le duele la nuca y su boca está reseca

2.
hubo dolor de parto
hubo dolor feliz
hubo llanto de recién nacido cascabeleando en los oídos…
sigue decaído el día con depresión posparto
¿qué pasó?
¿a qué hora dejó de parir sueños?
¿cómo no se dio cuenta que la cintura no le crecía más?
miles de respuestas sonríen debajo de la lengua
unas veces saben a sal… otras a miel

3.
callejón de carne la garganta
embudo cerrado donde no puede entrar el aire
rebota en su nariz y labios
su voz con dolores de caminos y silencios
danza como de cortina de velo su ir y venir frente a la ventana imaginaria
estaca con sabor a sangre y cruz ese ay atorado en el pecho

4.
no caben en el mapa las rutas borrosas
no nacidos son los puertos y las barcas
sollozan los muelles y suspiran las amarras
no tiene imanes las brújulas…
quizás el Norte se fue a vivir a otra parte
oh escuálida rosa de los vientos
ahora de brazos caídos ¿qué harás?

5.
y los bebés lactan de ese pecho pero mueren
es leche con sabor a sequía
sin embargo parir es delicioso aún en medio de tristezas...
y seguirán el sol y la luna arrullando sueños
y no sabrán cuáles son sus hijos… ni les importa

OLOR A SANGRE

Acabado de nacer. Sin memoria. Solo es. Es un día partido en mitades que se miran al espejo y se ven sin silueta, sin sombra, sin colores y sin alma. Partes que caminan dos pasos y medio hacia el cristal, tropiezan con él, lo sienten incrustado en el pecho al punto de ponerlas a pensar que aquello llamado cópula y éxtasis máximos debe ser como esa plenitud que perciben. Ahora están allí, fundidos, creen ser el alma de la arena, su historia, su calor que de tan fuerte los licúa, los pinta de colores translúcidos, los hace sentirse borde de copa y labios insaciables o canicas y manos infantiles jugando a los cinco hoyos sobre polvo de tierra; dos mitades que sienten que algo les estimula pensamientos raros parecidos a ideas imposibles, como por ejemplo, que cualesquier día serán astilla que corte y haga sangrar alguna piel para devolverles la memoria de ese olor metálico, de ese líquido rojo que despertará cada una de sus células. Sí, ese olor a sangre, a risa y llanto recién nacidos, ese olor placentario que nos dura hasta que morimos, que revivirá sensaciones de plenitud del tamaño de lo lleno y lo vacío juntos. Mitades que a la vez son, el que se observa, el frente y las espaldas del espejo.

SEMBLANZAs DE AUGUASAL

¡ay! esos días de miradas líquidas como cuando el tío vino a conocer al recién nacido y a anunciar el asesinato de un sobrino
¿por qué imparable lloraba el recién nacido? ¿acaso vio la estatura de la muerte cuando bajaba por el canal de la vida?
toda la noche lloró acunado en brazos del padre
triste su llanto de leche, como adelantando duelos
tal vez por la muerte cercana eran fríos los brazos que lo acunaron y premonitorios bajo el sol de la mañana, el patio de tierra colorada, el bebé, la rabo de ají y la muerte cercana
sino raro esas miradas líquidas a la hora de nacer…
raro su nacimiento vecino de la muerte
rara vida hollada sobre el llanto perenne de la madre...
antes del uso de razón sus pequeños pies ya presentían caminos de aguasal y por ellos se iba yendo el infante peregrino
el llanto, su hada madrina...
¡ay! siempre como isla, rodeado de aguasal
de aguasal han sido las vías arterias de sus mapas
de aguasal su voz y pícara mirada... su madre, que lo amaba tanto, presintió esa sal
de aguasal los cimientos de sus sueños
de aguasal su sol, su luna y sus estrellas… ¡qué raro cielo de sal!
por debajo del nivel del mar fueron trazados sus caminos por eso le fueron esquivas las cimas
de llanto de leche su horizonte…
raro biberón y rara infancia, raro puente a la adultez
no había tiempo para mimar a los amados, el cansancio y las penas calladas mecieron las cunitas... pero el dolor meció a una más que a las otras
esos brazos fríos y miradas líquidas, ellos, su frazada de viajero sin rutas

HAIBUN DEL ALFARERO

la humedad excita a la Vida durmiente en las semillas,
esa misma humedad puede ablandar inexpugnables muros…
¡oh! el alma y la mente húmedas,
mas el corazón y el cuerpo, solo limo
solo légamo
silba el viento... y la noche
inicia el viaje
era un sueño tensado, los fuelles su pesadilla…
hoy sólo desea soplar aliento sobre las brasas y solazarse en el escarlata de sus cuerpos crepitantes… cuenco de barro cocido, vasija callada, dúctil idea en la mente del alfarero
cuenco vacío.
sus manos de ardor líquido
sobre la hoguera
mece en sus manos con suave vaivén un ánfora,
le hincha y aplana el vientre, le abre la boca y la cierra…
¡oh delicia de delicias! limo líquido en sus manos aquellos sueños tensados

CALDERO VACÍO

caldero vacío te revientas…
sin sueño ni vigilia te revientas…
bullen tus silencios
el hambre sofoca tu lengua
como demonio te tortura
ahora en agonía
añoras alimentos masticados
deglutidos y digeridos
de sabor sencillo
aromados con humo de leña seca
humedecidos con aguas cristalinas
caldero sin fondo
por eso tus cenizas las donaste al viento
¡eres abundancia de ilusiones
desaparecidas como agua entre los dedos!


CUATRO SONETOS

INSOMNE

Enredados acentos de la noche,
los bordes de mis ojos su atalaya,
cuentan las horas mientras la voz calla,
mi mirada las abarca en derroche.

Un espectro en agudos, su reproche,
que enloquece al insomne donde vaya,
al agónico estruja, y su aire falla,
infame le desnuda y rompe el broche.

Un maldito vampiro es el insomnio
que apuntala con su muros de acero
mis párpados que caen de ansiedad

y ruegan de sopores calidad
a las sombras. Sé tú mi buen fullero,
redime mi vigilia: ¡tú, demonio!

ABUSADOS

¿Somos acaso esos cantantes mudos,
mendicantes perdidos y sin alma,
rocas vivas de placidez y calma,
ausentes de sí mismos, cardios rudos?

De palabras, cadáveres desnudos,
huesos quebrados que la vida ensalma,
son jumentos humildes sin enjalma,
voz cargada de tonos tan oscuros.

Por calles solitarias hace días,
muere la inocencia de las mujeres
y los niños sin que una mano ataje

a los verdugos. Por qué tanto ultraje
maldito hombre sordo, si nacido eres
de Eva… ¡Listas a vos las ordalías!

A VECES CANTAR...

Esos días festivos de palabras,
de balance en la palma de las manos,
esos magos giradores no humanos,
el andamiaje que al amor le labras.

A veces cantar es ventana que abras
franca, por donde pasen aires sanos
y alas de tornasoles tan arcanos
que nos jalan hasta el niño de marras.

Muchas veces cantar es arte esquivo
como agarrar el agua, el fuego, el aire,
pespuntear con luces un vestido,

o regresar la flecha que se ha ido
del manto de la noche, ver donaire
de los días… ¡cantar es arte vivo!

ONDEANDO VACÍOS Y SUEÑOS

Está el vacío pleno de vacíos,
allí, ahogado el ser sin esperanza,
a tientas tras sus huellas, lerdo avanza;
más que suyos son estos desvaríos,

el agua tan rebelde de mis ríos,
y mis muertes. Errática balanza
que jamás sopesó de mi alma mansa,
mis penas —hondas simas, mar de hastíos—.

Radical el silencio hasta mi mente
entra, hurga lo secreto de mis sueños
y empala los aromas lujuriosos 

que aún quedaban... Pero ojos acuciosos
avistan nuevos pasos, nuevos dueños,
su baquía dome al corazón ardiente.

REFLEJOS...

todos los días hay baile en el salón de los espejos
y no sé cómo vestir mis imágenes en ellos reflejadas
tengo miedo que alguna trastabille y no marque los compases
me abruman los sueños de sus sueños
el ritmo de sus cantos y lo infinito de sus versos
y ellas... ellas vieron que sus cantos eran raros
tan raros como la eternidad de sus reflejos…
el Olimpo es salón de espejos
lleno de cielos y soberbia de los dioses
y recordé el día del nacimiento de mis hijos
cuando en ellos vi mil razas y rostros
y la interminable sucesión de los caprichos
cada vez que alguien habla,
en su voz y rostro hay mil lenguajes
oh universo de reflejos
de vacíos y silencios en sus bocas y las mías
cuando junto a ellos me miro…


ÚLTIMA ESTACIÓN

última estación de este viaje…
hay líneas de personas y cosas esperando
no hay tiempo para cambiar de ruta
y pensar en prioridades causa pena
sobre los hombros va sentado el mundo
en el pecho enredados los sentires viajan muertos
última estación del vacuo viaje…
¡qué certidumbre de la muerte!
¡qué certidumbre del olvido!
el olvido mostraba ya el camino
sus pasos perseguían vana sombra
¡última estación!
¡último paisaje vivo!
ya corretean bajo los párpados mil demonios
aúpan lágrimas de fuego y sangre
y montañas de puro desaliento
¡no son quimeras!
es sobre mi piel que va y viene el filo de cuchillos
¡última estación!
¡último aire!
¡último día!
¡maldito día negro!
mi alma creía enterraba muertos
sin saber que asistía a su sepelio…
ahogada con el roce del tren sobre los rieles
muero solitaria sobre el andén de la última estación

PARTICULAR INQUILINA

Maga levantó su casa
día sábado en la tarde,
fue su arrurú el argamasa,
cada paja amores arde.
En el tibio nido empolla
al amor y sus arrullos,
tórtola al futuro arrolla
nuevo ser son sus capullos
La reja de mi ventana
el soporte de sus sueños,
donde cual diosa haragana
posa con mirar risueño.
Mis espacios sus electos,
donde llegan sus polluelos,
vienen juntos los efectos,
bellos coros de los cielos.
Juntos también los amores
rebosados en plumones,
torcacita sin rubores
nos abrazan tus alones.
Arrimada, tú, inquilina
de contrato irregular,
son tus feudos, la colina
la tierra, el aire y la mar.
Maga, levantaste casa
día sábado en la tarde...

PRE-SUPUESTOS Y CONGOJAS

todo está cimentado en el amor, supongo
supongo también que hay huecos macabros en el aura humana
que por allí ha filtrado el odio
—parásito crónico a nosotros adherido—

paisaje tenebroso
—amnésico péndulo de inseguro vaivén—
eje firme anclado en lo más negro del olvido
allí vemos a los gurús* con un arma letal:
su dedo índice,
así mismo, armados, sus adeptos
sin embargo
a veces no sé qué es peor,
si su dedo índice o su lengua

facciones oscuras:
esos miles de millones de caras del odio

de la pirámide, su vértice y base sufren amnesia crónica
bueno fuera si indiferente ir a la cima a la llanura o al abismo

odio:
única emoción en el pecho de millones de oscuros infalibles

VALE PORQUE LO DIJO OTRO

egos y egos
y brumas
nada cambia
¡nada!
desvalidas sombras
sin memoria del abrazo fraterno

placebo la lectura de retazos de textos
—reguero de cadáveres—
creen saber la filiación de cada tajo
y reconocerse en lo lívido de las uñas y las voces muertas

la Vida: cuaderno de páginas en gama de grises
o quizás, un cristal roto donde felices nos miramos fragmentados

íconos y más íconos, y frases
—colcha de retazos lo que dijeron otros—
enajenados y dichosos con el eco de algunas voces:
dizque lo dijo un tal Krisna o un Buda
un Jesús u otro Manu
o un galardonado y aplaudido
o quizás un remedo de hombre o un mudo
un ciego o un descalzo

lamentos:
dialecto de sombras no iniciadas
—rara cofradía sin licencia—
a veces gustosos sus susurros, otras manido

ego:
esa nada que ha invadido todo...
todo...

DE ODIOS

esos titulares de muerte y sesgos
matan mi aliento…
clavado en mi ser ese llanto inocente y desvalido
¡oh, si pudiera con mi sangre y mis aguas lavar esos lamentos!

hay odio de dientes de leche
de piel tersa o arrugas y odio de carne de colores
y de voces contrarias y banderas…

el odio se burla de la Muerte —no la respeta—
la Vida esconde esa vergüenza con intentos de más vida

sí,
desde el odio, felices e ingenuos, asistimos a la Muerte
y ella no se cansa de reír

 DESNUDECES

1.
no más
no te cubras más…
que la piel desnuda y los ojos cerrados sean los lados de la mampara
2.
toques de silencio
desnudez de alguna palabra monosílaba
y miradas francas
ah... y el sol o la noche
¡qué disuasivo discurso!
3.
en el origen solo la tierra
el agua y el fuego
y el boceto de un aliento…
mientras las sombras, como lenguas,
deslizaron susurros sobre la piel desnuda
4.
qué más desnudez que el vacío…
sensual el vacío baila arabescos sobre la piel desnuda
5.
si explosiona el mundo
te encuentre el momento del fin con el ave Fénix empollando universos en tu vientre
y sonidos ardientes debajo de tu lengua
6.
¿cómo morir sin miedo a volver?
solo si se ha vivido totalmente desnudos…
los apegos nos regresan a mundos caóticos
—ese caos nuestro que nunca termina de morir—

ESOS DOLORES DE MONJA…

¿no había en Ávila siquiera una flor de la noche?
¿un único momento de corola libre?
¿abierta flor de un día
sonrisa de trazo vertical
sin rostro
habitante en su laberinto?
¿dónde hojas de parra puritanas
—rebozo de rubores—
paliativo de dolores de vientre?

LABERINTOS DE MNEMOSINA

sus dedos dibujaron contornos imaginarios
galerías oscuras
aire ardiente
ondeo de olvidos
rebozados con velos y locura
tu voz y tu vientre, bailaron…
de colores de vértigo tu baile de espectro sensual

HOY:

y los colores y las sombras son un velo
y danzan alrededor de mi boca
y jalan mis cabellos
y a veces remueven la tumba que pudre mis palabras

AYER:

un ayer de plomo que borra colores
y lo luminoso del Tiempo Infinito:

EN TIEMPOS DE SONRISAS

y paso la página y me digo
el día está brillante
es tiempo de sembrar el sol
y cosechar mil soles
y pintar de mil colores nuestras risas
y dejar que mil abejas sanadoras
en nosotros inoculen sus amores

EN TIEMPOS DE VENENOS

mi voz tiene miedo de misma atragantarse
y miedo de perder los dientes
y no poder moler más el día a día
teme ir hasta la entraña del absurdo
y enterarse que el vientre es fosa dentro de mil fosas
tiene pánico de ser carne y sangre manidas
y haber perdido el sentido fecundo de la risa
mi risa tiene miedo de mirarse congelada en los espejos
y le asusta que luz infértil la posea
y ponga noche indeleble en sus ojeras
hoy en día tener miedo es un veneno en tiempo de venenos

EN TIEMPOS DE CUENCAS VACÍAS

la mirada va a buscar el horizonte
va sin alma y sin mochila
tras un eco…
un eco… un eco…
maldito eco mudo
tal vez muerto
va con un abrazo negro en su mente dibujado
con su mirada larga
va hasta el borde de los pasos de la Parca
¡párate sobre sus pasos! ¡baila con ella! ¡baila!

PALABRAS DE CLAUSURA

Cada día amanecen desnudas y sin nombre, con jirones de niebla cubren sus partes nobles y acepciones, escudo contra los maestros de la Ley su cabeza gacha; de reojo detallan que los muros de su celda están conformado por dos líneas cruzadas, una, del horizonte, la otra, vertical, sombra de la espada de Damocles. Desde siempre abrazadas a esa cruz prometieron guardar riguroso silencio.

TIEMPO DE COSECHA

como pepitas de oro en los puños el aire pesa
y en la garganta la voz callada arde
en los oídos de todos gotean los quejidos
mas los sordos no diferencian si son cantos
o toteo de semillas o rasgar de alas
solo dicen:
—es tiempo de cosecha
apaleen bien el grano
así las vainas y el capacho sean humus
y en los platos humee bien la cena
es tiempo de cosecha…
amarillos están los campos y el hambre
no hay granos en los silos
ni los grillos cantan
ni el ocaso invita al lecho
no se escucha el río
ni en su vientre murmuran
el agua
los peces y las rocas
nadie supo más
de arados ni semillas u hortelanos
hoy los niños maman humo y decibeles
no juegan más con granos de maíz ni con canicas
¡pobres niños muertos como todas las semillas...!

ERA O FUE

plañideras de llanto fallido vagan entre la punta del lápiz y el papel...
lloran versos difusos los colores del día
canto estéril dentro del pecho de las aves canoras
ante la imagen de la Virgen de los Sepelios
el ángel de la Muerte soñó alguna voz

HUELE A RECUERDOS, MAMÁ

(A Soledad Rendón Vélez)

hoy huele a tierra húmeda y goteras
a barrizales y caminos
a mandarinas y naranjas
a arrullos de palomitas de la virgen
a volutas de humo y sementeras
huele a baño al aire libre y niños jabonados
a agua templada al sol de la mañana
a todo eso huelen las manos que recuerdo
también huelen a ocasos y rosarios
y lomo fino del espejo de murano
huele a astromelias
magnolias y verbena
a plancha de carbón y ropa blanca
huele a cielo abierto y madrugadas
a tinto* perfumado
a neblinas y cafetos
a zumo de zanahorias y bananas
a inocencia y caritas sonrosadas
quién nos llevara de vuelta a aquellas tardes junto al fuego
sirviera más pan de maíz y lunas llenas
jugara con mis hijos un parqués un dominó o un tute
aupara nuevos mundos y niditos de los sueños
pegara con clara de huevo los tobillos rotos
y tejiera bufandas con pajitas de soles y de hierbas
Madre, ¿quién?

OLVIDO

los pies olvidaron los caminos y las manos el arrullo
¡despliegue inútil de sus alas!
el ojo olvidó los contornos del ocaso
las palabras vagan por los muros
caen de los muro
no entienden qué es un muro
y la soledad —habitante de sí misma—
no sale de sí olvidada de sí misma
pandemia el olvido que contagió el olvido…
¡qué invasión de olvido!
manto de fantasmas la historia del olvido
duende crecido en cada una de sus páginas
¡qué enfermedad rara es el olvido!

PROHIBIR A LAS PALOMAS EL VUELO

imposible dar el salto…
no cabemos en la misma cama
menos dentro de nosotros mismos
se agranda el ego y el vestido cada vez se hace más chico
prohibido quedarse o irse
las fronteras son cadenas en las alas de todas las palomas
prohibido orar o blasfemar…
en el pecho del sufriente hay un libro prohibido
código de sangre y horror que a todos esclaviza
arrodillados como estamos hagamos un último intento
molamos la palabra prohibido hasta volverla harina
mezclémosla con agua para convertirla en pan…
con pan
agua y amor
quizás podremos cebar al menos
un día soleado

CREMA Y PIES DESCALZOS

en el salón de los espejos a los pies descalzos les tienen prohibido cantar o mirar a alguien a los ojos
en el salón de los espejos las copas llenas se rompen si huelen las voces de los pies descalzos
desde muy muy lejos
los pies descalzos leen las huellas de sus voces en voz alta...
en voz muy alta leen para beodos sordos
mientras la crema y nata se harta de crítica y de vino
ignora que el agua pura corre por los labios de los pies descalzos
pies descalzos son de carne y verso escritos en muros invisibles
invisibles pies descalzos miles de veces muriendo entre líneas

PÁJAROS DE HOY

(Réquiem)

enjaulados y mudos los trinos
tras las rejas denuncian la sequía
cuentan que
ayer fluía el fuego por sus picos
en sus alas cargaban esperanzas
y fundaban amorosas travesías
mas hoy
su horizonte desahuciado no levanta vuelo
¡qué pena!
enjaulados y mudos los trinos
tras las rejas sus grilletes deliran y deliran

¿QUÉ ES LA PALABRA?

es resquicio multiplicado en los espejos,
es aliento entre silencios
voz mimando sus espacios
y midiendo fuerzas
idea condensada en el borde de los labios
retozando entre la punta del lápiz y el papel
es duende separando velos
mostrando ecos
es mutismo y grito
ardor y celo entre comas
y punto y comas
cuchicheo entre paréntesis
alegrías enrocadas
entre admiraciones e interrogantes
sentimiento vago
remarcado por puntos suspensivos
palabra es origen
carne palpitando húmeda entre mieles
entre lo salado y lo acre
—polos opuestos gozando en las papilas—
niño nacido en la garganta
y dormido en el pecho
cerca del cardio y el pezón
palabra es vientre
gestación y parto
es monte
y nacimiento de agua
y madre
y lecho
es sangre y leche
clorifila y canto
es lambda
es voz... y vos

PUERTA FRANCA

¿En dónde estaba cuando dormía Eros?
¿Quién pintó opacidades en mis ojos,
y arbitrario le impuso mil cerrojos
a mis ansias, y tiene prisioneros
tantos cantos? Vació los bebederos
y asoló lugares. Estoy de abrojos,
pues marcados de pasionales, rojos,
mis versos vehementes, lujuriosos.
Esa puerta estuvo abierta, era franca;
iban y venían luces del día
y tinieblas. Nadie tenía miedo.
La Voz iba desnuda, con denuedo
seducida por esa melodía,
danzaba, era ola pura, ¡espuma blanca!

DE BRAZOS CAÍDOS

1.
no muestran sus rostros pero adivino sus voces… son sus siluetas como de fantasmas y, sus gritos, no traspasaron los muros del tiempo, solo reverenciaron unos pocos trozos de pan y con eso quedaron felices esperando a algún jefe con cara de rayo de sol
2.
cada vez que hay luna llena mi aullido reventado no es de celo sino por las penas que sufren los hijos de los hijos de mis hijos Y, lo digo en presente porque, sufrir hoy sin sanar o sin querer sanar, es quedarse hibernando a través de los genes
3.
trato de usar compresas que desinflamen sesgos en mi ser, quiero ponerlas también sobre las penas de otros, sobre todo, quiero que, juntos, desinflamemos el odio de las voces…
4.
muchas veces quisiera cantar en fresa y rosa pero hay un dique que ataja mis suspiros… ¿cómo hacerlo sin que me sienta ciega y sorda?
5.
soy mi celda, mi propio reo, yugo aceptado libremente, balcón desde donde solo me queda observar la inocencia de los vuelos y los cantos de las aves, el paso lento o rápido de las nubes, sobre todo, entornar los ojos para ver la belleza de cada atardecer que, para muchos, pasa inadvertido pero que cada día me emocionan tanto, como si fuera la primera vez
6.
quiero morir el día que la realidad se haya convertido en horizonte, día lujurioso de imparable cópula de cielos y mares… si ese día jamás existiera, pues será mejor morir ahora

NADA-TIEMPO-NADA

ayer no había más que el recuerdo de una voz que fluyó como río…
hoy los ríos son recuerdos secos
y el mañana… nada más que un distractor
“en verdad os digo”:
el Tiempo no es más que un soñador muerto
a la caza de algunas alas
o manos o remos
y de algunos trazos borrosos de rutas

SOS GRACIOSA, LIBERTAD…

1.
esperanzas y arrullos
y vuelos de palomas y águilas
acercan nubes y sueños —¿quién podría decir que no sueñan?—
si su vista aguda siempre inventaría amores en lo más escondido de la Tierra

2.
libre el agua —mujer sin visa sin himnos ni banderas—
empuja albedríos en las entrañas de las peñas y los valles
aúpa al fuego —su macho— hacia la concepción de cruces blancas y cielos
y la gente que admira esa cópula
no sabe que sus corazones son parte de tal júbilo
—gametos protagonistas del encuentro—

3.
un hijo llamado libre le nace al corazón que ama
un hijo así no tiene padre ni madre ni patria ni dioses
ni culpas ni disculpas
solo afinidades consigo y con sus sombras
un hijo así es copa en la que mismo bebe vuelos

4.
graciosas las voces que
—invisibles y calladas—
yacen sobre una línea blanca aún no hecha

DE BORRAJA TRISTE LA MIRADA DE LAS VÍSPERAS

(No había mirado que, por los días de principio de año, una y otra vez se me aparecen imágenes y hechos ocurridos allá, en esa tierra que me vio nacer...)

cuántos soles azules le brillaron en los ojos
durante cuántos brillos parpadeó risas chiquitas
y melados de caña y recuerdos de viajes
de recuas
de cargas y de trochas
y ardores de besos no besados
¡qué silente la sequía de su llanto!
¡qué sueños rotos por su próxima partida!
óleo sagrado el galopito de los niños
inocente réquiem aquel viejo estribillo
¡opa caballo que va pa’Belén!
sobre su vientre liso
insistente lo perseguía la amenaza de esa sombra…
sus ojos de borraja y silencios
mirada que remontaba las vísperas del duelo
y un taburete recostado en el dolor de sus espaldas
adivinaba el próximo doblar a muerto del lejano campanario
de un tajo lo durmieron con los ojos muy abiertos
esos infames hinchos de aguardiente y tabaco
de balas negras y filo de cuchillos
le remataron con tristeza la tristeza
y las matas de café también lloraron
desde aquel día la madre y los sábados
fueron marcha de luto
—su herida abierta—
la carita sonrosada de los niños

QUIEREN SANTA… SANTA… SANTA

reverencie todo lo que huela a jefes
agache la testa ante códigos y ministros
de rodillas bese el suelo que ellos pisan
ponga el acento en la sílaba indicada y cante
¡cante aunque no cante!
al fin y al cabo da lo mismo
pues los sordos
escucharán un posible graznido
en cambio los que deberían oírle
a ellos nomás les llega el murmullo del viento
o el eco de las gargantas de los cerros
o las embestidas del mar contra los acantilados
enrede
desenrede
teja y desteja…
invéntese un perro/
y la espera de un Ulises
hágale un manto a ese amor
mientras Argos —que ahora ve—
olisquea que pronto llegará su amo
entonces pontifique de amores
apódese Penélope
y describa su tálamo
¡cante y cante!
y marche
y llore
y beba
emborráchese de blasfemias
¡blasfeme!
así felizmente apurarán su muerte
no por empalamiento ni horca
ni veneno
sino apuñalada de silencios
¿los siente?
¿los oye?
marchan
en fila india marchan
ya vienen
siempre han estado listos
no haga repulsa ni se esconda
enfréntelos con la cabeza gacha
es por usted que vienen
por mansa recibirá un título/
nobiliario
—dizque honroso—
la llamarán
santa… santa… santa…
otras veces la nombrarán ceniza
pelo de gato
verruga
nariz u hoguera
vuele y vuele
sin que volar la vean

BOCALEDA

a punto de bocado
el vientre
succiona abismos
insaciable de tiempos
insatisfecho de distancias
en manos de ilusiones
ha enloquecido
su desayuno
almuerzo y cena
deambulan
entre sinsentidos
y bocetos vacíos
también a punto de bocado
muere la sombra
errante
a campo traviesa
por la “bocaleda” escuchas su lamento
¿quién osará ponerle otra pata al burro
o buscar encajes de hilo en la espuma del mar?
quien enfrente estos absurdos
podrá decir
que conmigo atravesó el espejo
¡bocaleda!
¡bocaleda!
mi amado sembradío de hambres
y difuminos de grafito

4 comentarios:

  1. Jaime, maestro, estoy muy contenta y agradecida por la divulgación que haces de nuestros textos.

    Fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Maestro de nada y aprendiz de nada, Cantaclaro. Gracias por tus poemas.

      Eliminar
    2. ¿Maestro de nada y aprendiz de nada? Ojalá todos los maestros dijeran lo mismo, de esa forma se ampliarían los caminos hacia el cómo alcanzar el horizonte (horizonte, ¿una línea imaginaria...? con eso, más y más atractiva). A satisfacción de todos los que vamos siendo incluídos en este blog, va creciendo esta deuda de gratitud contigo, Don Janial. Abrazos.

      Eliminar
  2. Jaime Lagarde, felizmente agradecida por la nueva selección de mis textos en tu blog. La anterior había llegado hasta el poema a mi padre Pablo Emilio Montoya Acosta, DE BORRAJA TRISTE LA MIRADA DE LAS VÍSPERAS, creo.

    Todo un honor estar en tu página.

    Abrazos, don Janial.

    ResponderEliminar